sábado, 10 de octubre de 2009

Ecuador 1 - Uruguay 2 - Nuestra forma de ser.

Si hay algo que caracteriza al uruguayo promedio es que es un entusiasta de la maratón, porque siempre vamos a mil haciendo todo a último momento cuando pudimos haberlo hecho antes y estar más cómodos. Esa parece ser la síntesis del triunfo celeste ante Ecuador por 2-1 tras un segundo tiempo donde pudimos haberlo matado de contra varias veces pero tuvimos que esperar un penal in extremis para lograr el triunfo. Pero aparte sintetiza lo que ha sido nuestra eliminatoria ya que de los últimos 9 puntos sacamos 6, comparando con los 33 puntos que perdimos anteriormente nos deja dependientes de nosotros mismos de cara a la última fecha, pero con el corazón en la boca ya que una derrota nos deja fuera.

Uruguay arrancó bien, controlando el juego e inclusive con alguna chance de gol cuando a Luis Suarez le taparon una definición que era medio tanto. Pero sobre la mitad de la primera parte Ecuador se despertó e incentivó el juego por las bandas (un punto muy débil y sensible de nuestro juego) y si a esto le sumabamos la utilización excesiva del pelotazo para buscar a Forlan y Suarez configuraban sin dudas el peor momento del equipo. Hasta más o menos los 40´cuando nuevamente tomamos la iniciativa pero sin grandes chances.


En la segunda mitad la celeste mostró otra condición y visitó más asiduamente el arco de Elizaga, pero más allá de la mejora el golpe llegó a los 67 cuando Valencia cabeceó un centro pasado y decretaba la fiesta en el Atahualpa colocando el 1-0. Aunque por primera vez en mucho rato Uruguay supo reaccionar rápidamente (cosa que no es normal, pero que obviamente destacamos) cuando un minuto después (y sin que ellos volvieran a tocar la pelota) Luis Suarez colocaba el empate tras gran corrida de Forlan. Era 1-1 y con 20 minutos por disputar todo podia pasar.

El partido se emparejó, el local desesperado buscando el gol mientras que la celeste pretendia encontrar el tanto en alguna contra. Pero ambos equipos perdian las pocas chances que lograban generar, Ecuador fallando en ¾ de cancha y la celeste pecaba de excesivo individualismo por quienes llevaban la pelota. Faltaba poco y cuando rozaban los 92 llegó Ecuador a nuestra área mayor.

Llegó un centro que rebotó en un futbolista celeste y se largó la contra, corria el minuto 92 y Forlan habilitó a Cavani, este quedó mano a mano con el golero y cuando lo fue a encarar a Elizaga, Penal. El Atahualpa quedó mudo y más cuando Forlan la colocó en el ángulo del golero para decretar la locura general en Montevideo, final 1-2, explosión de Júblio en todo el país y otra vez (desgraciadamente, por nuestros antecedentes) dependemos de nosotros mismos para llegar a Sudáfrica.

Mis conclusiones sobre el partido y la selección fueron las siguientes:
- Bajisimo el nivel defensivo, otra vez muchos problemas por arriba y varias faltas lejos del área. Sin embargo me encantó Martin Cáceres, un león en el fondo.
- Se nota que extrañabamos a Walter Gargano, excelente partido del volante de Napoli, se comió el medio del campo.
- ¿Qué hace Fucile en la selección?. Otro error del lateral del Porto que nos vuelve a costar un gol, no esta para la selección en este momento.
- Buen rendimiento de Fernando Muslera en el arco, por primera vez en tiempo tenemos un golero que es titular en una liga de las más importantes del mundo. Al menos esta vez, Tabarez lo citó en forma (aunque hace rato que debió hacerlo, cometiendo un gran error que ha repetido durante toda la eliminatoria de citar meses después a jugadores que deberiamos aprovechar cuando estan en su máximo potencial).

Terminada la penúltima fecha de las eliminatorias la tabla queda asi:

Brasil 33
Paraguay 33
Chile 30
Argentina 25
Uruguay (Repechaje, una vez más) 24
Ecuador 23
Venezuela 21

Según estos números Uruguay depende de si mismo y si le gana a Argentina en el estadio el próximo Miércoles a las 21 clasificará directamente (aunque suene increible) al campeonato del mundo, pero si empata o pierde dependeremos que a la misma hora Ecuador no le gane a Chile en Santiago y volver a ser como siempre fuimos, un país con la calculadora en mano y el corazón en la boca.

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